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Lamentablemente, no existe en la actualidad ningún método de prevención para la diabetes tipo 1. Las causas que se conocen sobre esta forma de diabetes son las referentes a su carácter autoinmune y la deficiencia en la producción de la hormona de la insulina. Sin embargo, la razón exacta de por qué se presenta este comportamiento autoinmune es aún desconocida para la ciencia y, por consecuencia, es imposible prevenir su aparición.
La prevención que puede realizarse en la diabetes tipo 1 es en lo relacionado a las posibles consecuencias de la enfermedad, así como sobre la aparición de complicaciones derivadas. Es recomendable, por lo tanto, que el paciente con diabetes tipo 1 mantenga un control estricto sobre su tratamiento y hábitos de vida.
Establecer un programa diario y registro de las aplicaciones de insulina que realiza y bajo qué circunstancias lo hace. Los suministros de insulina en la persona diabética pueden variar según las actividades que realice y los horarios que establezca para sus tareas diarias.
Por otra parte, es igualmente necesario seguir un programa de alimentación orientado en todo momento por un médico de cabecera, un nutriólogo o un dietista, pues la ingesta de alimentos estará directamente relacionada con las mediciones que el paciente realice sobre sus niveles de glucosa en la sangre. Es importante que el paciente con diabetes conozca las propiedades básicas de su alimentación, poniendo atención tanto a los alimentos en individual como las combinaciones de los mismos.
Mantener el peso corporal correcto es también de suma importancia en el control de este tipo de diabetes, pues la acumulación de grasa excesiva puede dañar la eficacia de los tratamientos con insulina.
A la fecha, se ha realizado múltiples estudios experimentales relacionados con tratamientos de administración de insulina preventivos en personas con antecedentes de la enfermedad a través de familiares de primero y segundo grado, sin embargo, ningún método preventivo ha mostrado resultados efectivos. Actualmente, los estudios experimentales relacionados con una posible prevención de primera mano, se realizan principalmente enfocando el desarrollo de tratamientos y medicamentos que puedan generar el incremento de las células Beta en el sistema, pero estos estudios deben observarse durante un largo tiempo y bajo diversas circunstancias antes de ser posible ofrecerlos a la población general.
Implementar el hábito de realizar revisiones médicas anuales es de suma importancia para las personas que cuentan con antecedentes de cualquier tipo de diabetes en su historial familiar. Es recomendable que las personas que cuenta con familiares diabéticos en primero y segundo grado, busquen la guía de un médico para realizar exámenes de glucosa con cierta frecuencia, y así poder detectar en tiempo cualquier desequilibrio que pueda ser considerado como de riesgo. De la misma forma, un profesional de la salud podrá indicar la necesidad de realizar seguimientos a los niveles de colesterol y la presión arterial, así como la observación de cualquier problema relacionado con pies y vista.
En la diabetes, los pies y la vista son de las áreas más vulnerables en el cuerpo en cuanto a desarrollo de complicaciones. Es por eso que es recomendable revisar con frecuencia cualquier signo de alteración en ambas zonas. En los pies, se debe revisar si se presentan cambios en la coloración de la piel, signos de resequedad intensa o la aparición de lesiones como ampollas o irritaciones. Con respecto a la vista, es de importancia mantener atención si se presentan signos de visión borrosa, pérdida de potencia visual y la aparición de manchas o destellos que entorpezcan la visión normal.
La diabetes tipo 1, como sus cercanas variantes, es una enfermedad sin cura actual e imposible de prevenir, sin embargo, con la información y control adecuados, es posible llevar una buena calidad de vida y evitar riesgos de complicaciones mayores.