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Tratamiento de la diabetes tipo 1

Antes del descubrimiento de la insulina, las personas diagnosticadas con diabetes eran prácticamente sentenciadas a muerte. Los tratamientos médicos radicaban solamente en someter al paciente a una dieta alimenticia específica, teniendo la esperanza de que los niveles de glucosa se mantuvieran lo más estables posibles sin incurrir en episodios de hipoglucemia (baja súbita del azúcar) o hiperglucemia (alta súbita del azúcar). La cura de la diabetes sigue siendo un misterio, pero afortunadamente, y tras ser descubierta la insulina, los métodos para el tratamiento de la diabetes tipo 1 han evolucionado enormemente.                 

Tras el primer diagnóstico, sea porque se dieron síntomas críticos o no, el paciente con diabetes tipo 1 debe poner especial atención a un periodo conocido como “Luna de Miel”. Este lapso de tiempo, que puede durar meses, se caracteriza por una “mejora” en el estado de salud, o un control súbito sobre la misma, como si la enfermedad de pronto aminorara. El efecto se debe a que el páncreas, temporalmente, “reacciona” y comienza a producir más insulina, supliendo durante un tiempo el requerimiento necesario para regular el nivel de la glucosa en el organismo. Esta fase se da predominantemente en niños y jóvenes, pero también aparece en adultos.

Esta etapa es delicada, pues es fácil que el paciente se vea confiado a dejar de lado un tratamiento o las visitas frecuentes al médico. La fase “Luna de Miel” es, por el contrario, el último intento del páncreas y sus células Beta para producir la insulina que es requerida. Se ha encontrado que esta fase suele suceder con mayor incidencia tras el primer diagnóstico, pero se han visto situaciones similares en pacientes que lidian con la diabetes tipo 1 largo tiempo. El fenómeno parece responder, en cierta medida, a los cambios de alimentación y actividades, sin embargo, a la fecha no existen razones exactas o determinantes al respecto.

La diabetes tipo 1, puede manifestar sus síntomas de forma repentina. Muchos pacientes que son diagnosticados con esta variante de la enfermedad son diagnosticados por primera vez en una sala de urgencias, antes que en una revisión médica de rutina. Una vez que el médico establece un cuadro definitivo, comienza el proceso de establecer un programa personalizado del tratamiento más adecuado para el paciente, mismo que de forma general, comprenderá los siguientes puntos:

 

  • La administración adecuada de insulina y enseñar al paciente cómo hacerlo él mismo.
  • La enseñanza al paciente sobre todo lo relacionado a cómo observar sus niveles de glucosa, cómo medirlos y diferenciarlos.
  • La planificación correcta de una dieta alimenticia.
  • Un programa de actividades físicas y ejercicio.
  • Las zonas de alerta sobre la enfermedad para evitar complicaciones.
  • La asesoría y orientación psicológica para que el paciente lidie con su nueva situación.