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La glucosa es el motor principal de muchas de las acciones que necesita ejercer el cuerpo humano. Se obtiene principalmente de la combinación de los alimentos que se consumen de forma diaria y, al ser dirigida por la insulina, alimenta diversos procesos celulares en el organismo. La glucosa es necesaria para la vida pero, ésta misma poderosa fuente de energía puede volverse una amenaza para el organismo si está fuera de control en sus niveles.
Para el diabético tipo 1, el tratamiento de su condición no radica únicamente en la administración de la insulina faltante o la toma de medicamentos, sino que es esencial mantener una dieta acorde a sus necesidades. La alimentación diaria debe estar estipulada a través de un plan lo suficientemente estable y completo para evitar, en lo mayor posible, episodios de hiperglucemia e hipoglucemia.
Los programas de alimentación para el control de la diabetes tipo 1 no están basados únicamente en otorgar una dieta balanceada, sino en el conocimiento específico de los alimentos que pueden aportar mayor azúcar al organismo. Si bien el paciente será suministrado con insulina de forma constante, éste debe cuidar no estar de hecho aumentando los niveles de glucosa con la ingesta de ciertos alimentos pues, de ser así, existen grandes riesgos de que la insulina administrada no sea suficiente, provocando resistencia a la misma.
Si el paciente en cuestión presenta problemas de obesidad, será necesario que primeramente se establezca una dieta para volver al peso recomendado a su situación como diabético. El exceso de grasa, sea central o periférica, es un obstáculo de gravedad para la insulina y sus funciones. Si el paciente permanece con un índice de sobrepeso de consideración, hay mayor posibilidad de que desarrollo resistencia a la insulina, haciendo más complicado su tratamiento además de poner en riesgo su salud ampliando el riesgo de desarrollar complicaciones usuales en la diabetes, como pie diabético, problemas de visión y complicaciones de orden cardiaco.
La diabetes tipo 1 no se caracteriza esencialmente por casos de obesidad, sin embargo, los casos existen y van a la alza. Independientemente de los problemas que el sobrepeso ocasiona, la diabetes es una condición que afecta a varias áreas del organismo en varios niveles, un programa de ejercicio y actividad general ayuda en gran medida a reducir el riesgo de desarrollar otras patologías, pues participa en la nivelación del azúcar y la oxigenación de la sangre. Es importante remarcar que todo programa de ejercicios debe ser previamente consultado con un profesional de la salud, pues las personas con diabetes tipo 1, necesitan seguir ciertas instrucciones y parámetros antes y después de ejercitarse.
La dieta alimenticia es uno de los elementos más complicados para el tratamiento de la diabetes, independientemente de la forma que padezca la persona, pues involucra cambios que pueden estar anclados desde la niñez y ser compartidos por familiares y amistades. El cambio de dieta de una persona con diabetes puede mostrarse difícil de adaptar a la vida diaria al inicio del diagnóstico, alterando incluso la vida familiar. Sin embargo, es de suma importancia atender las instrucciones y consejos del médico especialista pues en gran medida, el buen control de la enfermedad radica en este punto. Adicionalmente, un cambio alimentario intrafamiliar puede ser el inicio de un buen plan de prevención.
Además de la asesoría médica, actualmente varias organizaciones dedicadas a la investigación y promoción de educación preventiva sobre la diabetes, ofrecen programas y herramientas sencillas para establecer un control diario de la ingesta de alimentos, así como consejos e ideas de cómo sobrellevar mejor este requisito en el tratamiento de la diabetes.