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La diabetes mellitus se caracteriza, de entre otros muchos padecimientos, por ser una enfermedad que, en gran medida, debe ser tratada y contrala por el propio paciente. Si bien es necesario que se realicen chequeos médicos y que se administren ciertos medicamentos, la parte más importante para lograr un buen manejo del desorden, es la participación activa de la persona que lo padece.
La diabetes es una enfermedad sin cura actual. Se trata de un padecimiento multiforme que puede presentarse bajo distintas variantes y bajo diversos parámetros. Cada variante de diabetes detectada en la actualidad, responde a orígenes que siguen siendo, hasta cierto punto, teóricos por parte de la comunidad científico-médica. La causa exacta de la aparición de la diabetes en el mundo, sigue sin ser encontrada.
Sin embargo, la diabetes ya no es una sentencia a muerte o sinónimo de una pobre calidad de vida, pues se han encontrado diversos métodos de tratamiento para cada variante de la misma.
Si la problemática central en la diabetes es la nivelación del azúcar o glucosa en la sangre, el tratamiento radica exactamente en lo mismo, la correcta regulación de esta sustancia. Es por eso que, una parte esencial en el tratamiento de la enfermedad es el control sobre la dieta diaria y otros hábitos de vida, así como el buen monitoreo de los propios niveles de glucosa.
Mantener un buen control sobre los niveles de azúcar en la sangre es también la forma más efectiva de prevenir que se desarrollen otros problemas que usualmente se adjudican a la diabetes, como complicaciones en riñones, ojos, pies y circulatorios.
El paciente diabético debe desarrollar una nueva perspectiva de su cuerpo y salud general, así como mantenerse informado sobre todos los detalles que componen su padecimiento. Mantener visitas regulares al médico, realizar agendas o programas diarios de alimentación y ejercicio, así como obtener información de los nuevos avances en el tratamiento de la enfermedad, para garantizar de esta forma una forma de vida más tranquila y llevadera.
La diabetes es también una enfermedad de orden personalizado, es decir, más allá de seguir parámetros generales según su tipo, su desarrollo e intensidad depende también en gran medida del organismo de cada persona. Cada organismo, según el historial médico y de vida que tenga, podrá reaccionar de forma distinta en ciertos puntos clave de la enfermedad, de ahí que sea tan importante que el propio paciente aprenda a observar con atención su cuerpo y las reacciones del mismo ante ciertas dietas alimentarias, hábitos de actividad diaria, ejercicio o falta del mismo, situaciones de angustia o estrés que disparen ciertos síntomas, así como conocer si existen antecedentes de diabetes en familiares en primero y segundo grado.
En nuestros días, afortunadamente, dado el crecimiento acelerado de la diabetes alrededor del mundo, existen cientos de asociaciones, centros médicos y laboratorios de investigación científica, dedicados a estudiar esta compleja enfermedad, ofreciendo grandes cantidades de información de sus causas y efectos, así como proporcionando nuevas formas de control y entendimiento sobre la misma. La información detallada sobre el padecimiento es una de las mejores formas de combatirla, controlándola y asegurando así una buena y estable calidad de vida.