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Medición de la glucosa

La medición constante de la glucosa es una parte esencial en el control y tratamiento de la diabetes mellitus, independientemente de la forma que se padezca. A partir de este factor será estructurado, en gran parte, el tipo de tratamiento que deba seguir un paciente.

La glucosa se obtiene directamente de los alimentos que son ingeridos diariamente, por lo tanto, los niveles de glucosa presentes en el torrente sanguíneo siempre están sujetos a variaciones naturales provocadas por la carga glucémica que cada tipo de alimento contiene. Además, en el caso de las personas con diabetes, se deben tomar en cuenta las variaciones que provocan los problemas con la insulina (sea la ausencia o la baja producción) y factores como el sobrepeso, además de otras condiciones adicionales que puedan existir en el cuadro diabético.

Mantener mediciones constantes del azúcar ayuda, en primera instancia, a aminorar o eliminar incluso síntomas molestos en el paciente diabético, así como a evitar episodios súbitos y de riesgo de hiperglucemia e hipoglucemia. La comprobación de los niveles de glucosa puede además mostrar si el tratamiento farmacológico e insulínico que se sigue está realmente funcionando de forma correcta en el paciente. La medición es así, literalmente, la primer arma con que cuenta el paciente diabético para combatir su enfermedad y mantener ventaja en su control.